Liderazgo
La Diferencia entre un buen jefe y un gran líder

En esta cápsula, Conor Neill (Presidente de Vistage Spain y experto en comunicación) nos ayuda a reflexionar sobre la diferencia entre el buen líder y el gran líder.

La Diferencia entre un buen jefe y un gran líder

No. No es lo mismo. Mandar es una cosa y liderar es otra muy distinta. Para la primera solo hacen falta jerarquía, galones y ganas de cumplir objetivos. Para la segunda necesitas muchísimo más. 

La productividad, la satisfacción y la fidelidad de los equipos están sólidamente ligadas a la capacidad de los jefes de inspirar, motivar y contagiar pasión a sus colaboradoresEn definitiva, los grandes jefes son grandes líderes y tú puedes convertirte en uno de ellos.

Líder o jefe. 4 diferencias

Si quieres que tu equipo produzca más, sea más feliz, se comprometa más con el proyecto y dure más años en la empresa, tienes que ser algo más que un jefe. Y la única forma de conseguirlo es que aprendas a identificar los cuatro rasgos que distinguen mandar de liderar: 

1) Ser líder es saber comunicar

Liderar es en gran medida movilizar, influir y orientar a otros profesionales hacia la mejora continua y la consecución de objetivos ambiciosos. Por eso, los líderes son extraordinarios comunicadores. Y aquí no hablamos solo de discursos en ocasiones señaladas. Hablamos de humildad, de empatía y de un contacto diario y cercano.    

2) El liderazgo se basa en la confianza

Un jefe que va a todas las reuniones y que tiene que estar en todo no es un buen líder. Y no solo porque no sepa delegar. Eso, por supuesto, crea ineficiencias y fricciones. El mayor problema es que sus subordinados no sientan que se confía en ellos. Porque cuando crees que no confían en ti, pierdes interés, motivación y puedes llegar a dudar de tu capacidad.  

3) Un buen líder es empático

Un líder ve y trata a los miembros de su equipo como seres humanos completos, no como meros trabajadores. De ahí la importancia de la inteligencia emocional y de comprender las dificultades personales que puedan reducir, provisionalmente, el rendimiento del equipo. Los profesionales más talentosos se comprometen de lleno con los proyectos porque recuerdan cómo se comprometieron sus jefes con ellos y con sus compañeros. 

4) Liderar es ser honesto

La honestidad es un valor fundamental para cualquier líder. Los mejores líderes dirigen desde la franqueza, desde una visión estratégica clara y desde el reconocimiento a los méritos de sus empleados. Los líderes cumplen lo que prometen siempre que pueden y, cuando no pueden, lo explican. No les da miedo admitir que hay factores que escapan a su control; esa es una de las pruebas de su humildad.   

Este artículo se publicó primero en IESE BS University of Navarra, puedes leer la versión original aquí.

 

Conducción y dirección: David Escamilla Imparato.
Creación audiovisual: Lluc Oliveras.
Producción: Teresa Roig.
Canal Youtube: Futuretools21