Liderazgo
4 señales para cambiar de carrera como CEO

En el camino de todo director general, llega un momento en el que el camino a seguir se vuelve menos claro, lo que significa que puede ser necesario un cambio de carrera.

Aquí, los Chairs de Vistage Marty Stowe y Jim Walsh identifican las señales que indican cuándo ha llegado el momento de seguir adelante. También explican cómo aceptar el cambio puede allanar el camino hacia una vida profesional y personal más gratificante.

En la encrucijada

Para los directores generales, la encrucijada de este momento puede provocar una intensa turbulencia interior. “Hay algo que ocurre dentro de nosotros cuando empiezan estos cambios que realmente te llega al núcleo”, dice Walsh.

Para navegar por este periodo, empieza por analizar de cerca tus emociones y sus orígenes. ¿Te sientes inquieto, frustrado o incluso aburrido? ¿Son sentimientos nuevos o han estado rondando tu vida profesional durante algún tiempo?

Cuando no estés seguro de cuál debe ser tu próximo paso, es esencial determinar el “por qué” de tus sentimientos, frustraciones, motivaciones y decisiones. Este “por qué” te servirá de guía para determinar el camino a seguir.

Las 4 señales

Es importante determinar si simplemente estás teniendo una mala semana o si realmente no estás contento con tu carrera. Es fácil confundir ambas cosas.

“Muchas veces, los directores generales a los que mentorizo están a punto de salir por la puerta”, dice Stowe. “Mientras hablamos, siempre les pregunto: ‘¿Estás huyendo de algo o hacia algo?”.

“La hierba no es más verde al otro lado, y abandonar el barco es una situación muy difícil. Cuando se parte hacia algo, y no de algo, los ejecutivos tienen un mejor sentido de la dirección y el propósito”, añade Walsh.

Estas cuatro señales clave indican que no estás pasando por un momento difícil y que es hora de dar ese salto:

1. Pasión menguante

Para una persona que antes prosperaba con los retos dinámicos de su función, la pérdida de la pasión puede suponer una gran conmoción. La vida cambia a las personas, así que es lógico que nuestra vocación cambie con nosotros.

Aunque es normal, es crucial detectar a tiempo la disminución del entusiasmo, ya que “abandonar” tu puesto puede afectar a tu rendimiento, a la moral del equipo e incluso a tu vida personal.

Stowe opina: “¿Cómo quieres que sea tu vida a los 55 o 60 años? Eso es lo que quieres conseguir. Si no te motiva el dinero, no persigas el sueldo más alto. Si te motiva ayudar a los demás, averigua cómo puedes aprovechar tus habilidades para hacerlo”.

No es necesario que ames tu trabajo para amar tu vida, pero como dirían los coaches ejecutivos Stowe y Walsh, sin duda ayuda.

2. Desalineación de valores y objetivos

Las empresas atraviesan ciclos vitales muy diferentes. Esto significa que los ejecutivos pueden encontrarse en oposición a la evolución de los valores y objetivos de su organización. Stowe conoce bien este problema, ya que lo ha vivido en carne propia.

“La cultura cambió ante mis ojos”, dice Stowe de un entorno anterior. “Me di cuenta de que ya no encajaba”.

Sabiamente, reconoció el desajuste y siguió adelante, evitando la frustración y el resentimiento que crecen con el tiempo en estas situaciones.

“Si ya no estás, o nunca has estado, alineado con la cultura, o no tienes líderes que te apoyen, eso puede ser una fuente constante de tensión para un ejecutivo”, añade Stowe.

Este es un claro indicador para hacer un cambio que vuelva a poner en armonía tu vida profesional y tus valores personales.

3. Mejor conciliación de la vida laboral y familiar

Los directores generales y los ejecutivos son famosos por su escasa conciliación de la vida laboral y familiar. Las exigencias de estas funciones tan estresantes son abrumadoras, lo que hace que muchas personas anhelen más autonomía personal o un estilo de vida flexible.

Pero, como dice Walsh, “si quieres hacer un cambio y llegar a un lugar donde seas realmente feliz, vas a tener que hacerte algunas preguntas difíciles”.

Estas preguntas podrían incluir una dura mirada a tu carrera y darte cuenta de que saltar de tu trabajo en una empresa al mismo trabajo en una empresa diferente probablemente no sea la solución a un problema de calidad de vida. Las presiones de la alta dirección existen en todas partes.

Walsh cree que convertirse en coach ejecutivo es una gran vía para los CEO que se encuentran en esta posición. Ofrece la oportunidad de elegir los clientes y las empresas con las que se quiere trabajar, fijar el propio horario y equilibrar las prioridades de forma más equilibrada.

4. Cansado de escalar posiciones en la empresa

Para algunos, subir la escalera corporativa puede haber perdido su encanto, si es que alguna vez lo tuvo. El ajetreo constante pasa factura y, en muchos casos, uno dedica todas esas horas al éxito de una marca, no al suyo propio ni al de su comunidad.

“Animo a los ejecutivos que se plantean una transición a que definan qué es para ellos el éxito. Les pido que tengan muy claro cómo es el futuro que quieren”, dice Walsh.

La mejor manera de hacerlo es reflexionar sobre lo que no funciona en tu situación actual. Ten en cuenta tus puntos fuertes y débiles, tus objetivos y tus prioridades.

Esta reflexión podría revelar que necesitas desesperadamente romper con las rígidas estructuras de una carrera tradicional. El coaching ejecutivo proporciona la independencia del espíritu empresarial, un cambio bienvenido para los ejecutivos que han pasado años en entornos corporativos.

Acepta el cambio para una carrera más satisfactoria

Si estás experimentando estas cuatro señales de advertencia, no te asustes. En lugar de ello, intenta verlas como una oportunidad de crecimiento personal y profesional.

Al igual que Walsh y Stowe, muchos directores que buscan un cambio en su carrera profesional encuentran gratificante dedicarse al coaching ejecutivo. Los coaches descubren una sensación única de satisfacción al transmitir su experiencia, adquirida con tanto esfuerzo, a otras personas que necesitan ayuda.

“Tienes la oportunidad de ser inquisitivo y utilizar tus conocimientos para ayudar a guiar a alguien en su camino. No es una relación consultiva, es realmente colaborativa”, dice Walsh. “Cuando ayudas a un CEO a crear claridad y alineación en torno a la vida que quiere y la carrera con la que está comprometido, es un regalo precioso”.

Este artículo se publicó primero en Vistage US, puedes leer la versión original en inglés aquí.