Gestión del talento
Las 3 prioridades de los líderes de alto rendimiento

Durante la pandemia, a los directores ejecutivos que pudieron tomar rápidamente las medidas adecuadas para mantener una fuerte presencia de liderazgo y proporcionar una dirección clara les fue mucho mejor que a los que dudaron y se quedaron parados. Varias prioridades han surgido como esenciales para el liderazgo de alto rendimiento en un mundo empresarial marcado por el cambio constante, la disrupción y el desafío. Si bien estas acciones se han tomado por necesidad, ahora son componentes vitales de la caja de herramientas de liderazgo de cada CEO de alto rendimiento.

Prioridad #1: Generar confianza rápidamente en toda la organización

Los líderes que pudieron organizar rápidamente a los empleados en torno a un enfoque de “todos a la obra” para enfrentar la crisis pudieron volver a encarrilarse más rápido. El arte de delegar con éxito se volvió más crítico que nunca para que los líderes tuvieran la libertad de concentrarse en elementos generales, como la estrategia, la cultura y la innovación. Esto funcionó muy bien cuando los líderes establecieron objetivos claros para sus organizaciones y el papel que cada persona desempeñaría para alcanzarlos. Los empleados quieren hacer y demostrar: quieren poder asumir más desafíos y responsabilidades. Los empleados están en primera línea y conocen de primera mano los entresijos del negocio, los clientes y los desafíos. Los directores ejecutivos que confían en quienes les rodean para encontrar soluciones generan confianza automática entre sus equipos.

Aquellos ejecutivos que no pueden dejarse llevar y delegar tienden a perder el apoyo de sus equipos porque básicamente les están diciendo a sus equipos que no confían en ellos. La confianza crece cuando los líderes les dan a los empleados espacio para usar su experiencia y creatividad, especialmente cuando las nuevas formas de pensar y operar son fundamentales para el éxito de todos.

Los líderes desarrollan confianza con éxito también valorando la transparencia y la vulnerabilidad. Un CEO que piensa que debe tener todas las respuestas, o de lo contrario parece débil, no se está preparando para el éxito. Los grandes líderes crean un ambiente abierto donde sus equipos pueden resolver problemas juntos, aprender juntos y celebrar el éxito entre todos.

Prioridad #2: Duplicar la cultura

A lo largo de la pandemia, me ha sorprendido escuchar las historias de líderes que se negaron a renunciar. Su empresa y su gente eran demasiado importantes para ellos. Si la determinación y la perseverancia no son una parte fundamental del ADN de la cultura de una empresa antes de una crisis, eso no es algo que pueda activarse repentinamente cuando las cosas se ponen difíciles. La cultura se construye con el tiempo, y vincular la cultura con la misión, la visión, el propósito y los valores ha demostrado ser un factor crítico de éxito.

Los directores ejecutivos fomentan culturas sólidas a través de su propio compromiso, transparencia y flexibilidad. La cultura puede diferenciarlo y hacer que los clientes se sientan orgullosos de trabajar contigo. Crear una cultura de nivel global también significa permanecer cerca de las partes interesadas importantes: clientes y empleados. Cuando los líderes confían en su equipo y lo cuidan, y dejan que el equipo cuide a los clientes, el resto se cuida solo.

Prioridad #3: Adoptar la diversidad de pensamiento

Para administrar de manera efectiva los cambios y las disrupciones en curso, los líderes de alto rendimiento también deben continuar desafiando su forma de pensar con nuevas perspectivas. La diversidad de pensamiento, y de talento, es la chispa que puede seguir impulsando el crecimiento de una empresa, ayudar a preparar a el futuro y gestionar lo inesperado. Cuando los CEO hacen un esfuerzo deliberado para reunir a personas con diversos antecedentes, culturas, experiencias y roles, pueden aprovechar nuevas formas de pensar.

Otro beneficio inherente de construir una fuerza laboral diversa es una mayor resiliencia. La resiliencia, que se ha convertido en una palabra de moda en la era de la pandemia, también se ha vuelto esencial para un liderazgo exitoso después de la pandemia. Fomentar una fuerza laboral resistente es una inversión invaluable en la capacidad de la organización para recuperarse rápidamente de las dificultades, los desafíos, las crisis y la adversidad.

Los líderes de alto rendimiento revisan, refinan y reinventan constantemente

Los desafíos de los últimos 18 meses han hecho que los líderes reconsideren sus prioridades y decisiones. Ahora más que nunca, los líderes disciplinados evalúan regularmente su desempeño: lo que están haciendo bien, lo que necesita ajustarse y las nuevas habilidades que necesitan adquirir en función de las condiciones y los desafíos cambiantes. La capacidad de aprender, crecer y adaptarse constantemente es otra “herramienta” crítica que los líderes de alto desempeño tienen en su renovado abanico de recursos.

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