Todos pasamos por nuestra propia versión de una crisis de identidad al menos una vez en la vida. Nos preguntamos: “¿Debería ser médico, profesor, empresario o CEO de alguna compañía global?”. Todos queremos saber dónde encajamos en el mundo y dónde podemos hacer nuestra mejor contribución.
Por ejemplo, yo(Judith E. Glaser) descubrí que era antropóloga organizacional después de luchar durante unas décadas. Hice un curso tras otro y un programa tras otro, buscando lo que era adecuado para mí. Al final, tuve que inventar una identidad única que se ajustara a mí. Eso me liberó para centrarme en hacerlo en lugar de preocuparme por ello (y me encanta lo que hago).
Estudio la intersección del liderazgo, la cultura y la marca, y ayudo a los líderes a describir, deconstruir y transformar sus organizaciones, lo que conduce a un mayor rendimiento.
Desde los ojos y el corazón de una experta
Tras estudiar las culturas durante tres décadas, descubrí que los grandes líderes, las grandes culturas y las grandes marcas tienen algo en común: el “pegamento” de la Inteligencia Conversacional® (C-IQ). Cuando facilitamos grandes conversaciones con nuestros colegas internos y socios externos, cambiamos la energía de las relaciones hacia resultados positivos y mutuamente beneficiosos.
Las grandes conversaciones son transformadoras, ya que proporcionan a los líderes ideas como las que obtenemos de un gran coach, que tiene la asombrosa capacidad de activar la sabiduría que tenemos dentro de nosotros y de darnos el valor de utilizar esa sabiduría para mejorar la vida de todos los que nos rodean.
Por ejemplo, el ex quarterback de la NFL Fran Tarkenton mostraba habilidades de agilidad conversacional cuando creaba “la jugada dentro de la jugada”. Es decir, en medio de un partido, podía parar, replantear, reenfocar o redirigir una jugada, y luego volver al campo con nuevas jugadas. Podía desatascar las cosas que no estaban funcionando bien y reajustar el juego. Fran hacía llamadas y todo el mundo sabía cómo moverse en el campo en consecuencia.
El C-IQ te enseña a ser más estratégico y más centrado en el nosotros, y a pasar el balón a otros en lugar de correr el campo solo. Te enseña a ver todo el campo, a cambiar en el momento y a trabajar con otros para ejecutar el plan de juego. Al ver el panorama general de forma estratégica, puedes facilitar las grandes jugadas con los demás.
Los grandes líderes, al igual que los grandes coaches o quarterbacks, enseñan a sus jugadores “palabras clave” para las jugadas que deben ejecutarse conjuntamente. La señal puede ser una palabra, un número o un símbolo que todos conozcan y apliquen en el campo.
Múltiples dimensiones de las conversaciones
Las conversaciones no son sólo un intercambio de información unidimensional; son multidimensionales. Entender cómo acceder a la dimensión adecuada para una situación es el arte de las conversaciones.
Con C-IQ, hay tres niveles de conversaciones, cada uno de los cuales representa una forma de interactuar con los demás. Cuando los miembros de un equipo, asociación o empresa aprenden juntos el C-IQ, se sincronizan de forma extraordinaria. Como resultado, el trabajo que realizan juntos eleva los resultados a cotas nunca antes alcanzadas.
Por ejemplo, cuando un líder dice: “Tenemos que pasar al nivel III”, todos saben lo que significa y se mueven en sincronía hacia esa dirección. Esto transforma a un equipo de líderes en segundos. El entrenador llama a la jugada, y todos saben qué hacer, al instante.
Nivel I: Conversaciones transaccionales
Las conversaciones transaccionales incluyen dinámicas de interacción como “preguntar y contar”. Este tipo de conversaciones confirman lo que sabemos y ofrecen a las personas una plataforma para dar y recibir información.
Nivel II: Conversaciones posicionales
Las conversaciones posicionales incluyen dinámicas de interacción como “defender y preguntar”. Estas conversaciones nos permiten defender lo que sabemos y dan a la gente una plataforma para tener y expresar una opinión fuerte sobre algo. En estas conversaciones, estamos menos abiertos a la influencia y más interesados en vender nuestras ideas.
Nivel III: Conversaciones transformadoras
Las conversaciones transformadoras, también llamadas conversaciones de co-creación, incluyen dinámicas de interacción como “compartir y descubrir”. Esto significa plantear preguntas para las que no se tienen respuestas, escuchar al colectivo, descubrir que no sabemos y compartir ideas y sabiduría. Esta forma generativa de mantener conversaciones da lugar a ideas más innovadoras, a un pensamiento más disruptivo y a una escucha más profunda para conectar con las perspectivas de los demás. La gente es más sincera, más confiada y más abierta a la influencia.
Cuando un líder de equipo conoce las llamadas y puede identificar desde qué nivel de conversación operar, el resto del equipo se pone en posición y ejecuta las jugadas con éxito para conseguir más puntos para el equipo. El entrenador puede acceder a las mejores habilidades de las personas para la posición en la que deben estar, y el equipo puede ganar más partidos.
Superar la adicción a tener razón
Cuando estamos convencidos de que nuestro punto de vista es el correcto, nuestro cerebro se centra en buscar pruebas. Dejamos de escuchar otras perspectivas y luchamos por nuestro punto de vista. Esto hace que otras personas tengan miedo de enfrentarse a nosotros y crea una cultura de evitación de conflictos.
Los líderes adictos a tener la razón tienden a pensar que los demás están equivocados. A menudo no ven ni reconocen el impacto negativo que esto tiene en la cultura.
Rituales de conversación vs. tabúes de conversación
Los rituales conversacionales son la forma en la que estructuramos una conversación y la dinámica de interacción en una conversación. Activan los neuroquímicos que impulsan nuestras conversaciones y nuestro comportamiento.
- Los rituales mantienen unidas todas las culturas porque son pegajosos; crean normas culturales.
- Los rituales de conversación crean, mueven y manifiestan la cultura, las relaciones y el compromiso.
- Los rituales definen una cultura y transfieren normas que nos mantienen unidos.
Mientras que los rituales conversacionales encarnan lo que hay que hacer, los tabúes conversacionales encarnan lo que no hay que hacer. Por ejemplo, puede ser un tabú decirle a un jefe que no estás de acuerdo con él, o dejarle en evidencia. Cuando uno se involucra en un tabú, suele meterse en problemas.
La palabra cultura es un término abstracto que describe “cómo hacemos las cosas por aquí”, junto con muchos otros comportamientos que son visibles e invisibles. La cultura incluye cosas visibles e invisibles que nos impulsan a conectar o desconectar con los demás. La investigación neurocientífica ha identificado el aislamiento como la razón más importante por la que las personas enferman y no logran alcanzar sus objetivos. El aislamiento es como vivir con un teléfono que suena pero nadie responde.
Los rituales de conversación crean una cultura que activa el “pegamento” del éxito. Dado que los rituales de conversación encarnan lo que hay que hacer y los tabúes de conversación encarnan lo que no hay que hacer, construimos comunidades y culturas a medida que nos relacionamos con los demás a lo largo del tiempo. Podemos crear una cultura de confianza utilizando las habilidades de inteligencia conversacional. A medida que las habilidades de C-IQ evolucionan del Nivel I al Nivel III y la gente mejora en su uso, la cultura evoluciona. Cuando se empieza por lo básico y se construye sobre una base sólida, las habilidades de C-IQ mejoran y crean una cultura de confianza.
The foundation of C-IQ
El C-IQ comienza con cinco habilidades fundamentales:
- Escuchar para conectar
- Hacer preguntas para las que no se tienen respuestas
- Preparar la confianza
- Mantener la agilidad conversacional
- Hacer un doble clic para entender lo que los demás ven, sienten y quieren decir.
No hace falta ser un antropólogo organizacional como yo para aprender las habilidades conversacionales básicas y practicarlas cada día. Cuando te decidas a experimentar con los elementos esenciales y las metodologías básicas del C-IQ, verás cómo se produce un cambio en tus líderes, tu cultura y tu marca. Surgirá un sentido de identidad y responsabilidad personal que impulsará a su organización hacia adelante, no como un “yo” individual, sino como un “nosotros” colectivo.
Potencie sus habilidades C-IQ
El poder de las conversaciones saludables y transformadoras no puede medirse en una sola dimensión. Tiene un impacto en tres niveles: liderazgo, cultura y marca.
C-IQ ayuda a los líderes a describir, deconstruir y transformar sus organizaciones, lo que conduce a un mayor éxito mutuo. Llegar al siguiente nivel de grandeza depende de la calidad de la cultura, que depende de la calidad de las relaciones, que depende de la calidad de las conversaciones. Todo pasa por las conversaciones.
Este artículo se publicó primero en Vistage US, puedes leer la versión original en inglés aquí.