Liderazgo
Cultura Responsable: Más Ingresos, Más Beneficios

En el panorama empresarial actual, en rápida evolución, fomentar una cultura de responsabilidad puede no ser fácil, pero es sumamente crucial para el éxito y el crecimiento continuos de su organización.

Un lugar de trabajo totalmente responsable no es demasiado pedir. Después de todo, cada uno de tus empleados espera el 100% de su paga (menos las deducciones) a tiempo cada día de pago. Como se prometió, no habrá razones ni excusas suficientes para que esto no ocurra.

Al mismo tiempo, cada uno de tus clientes también espera un 100% de responsabilidad porque les dijiste: “Si haces negocios con nosotros, puedes contar con nosotros”. No puedes defraudar a tus clientes. Si lo haces, perderán la confianza en ti y podrían abandonarte para irse con tu competidor.

¿Por qué iba a ser diferente con tus empleados? Si dan su palabra, puede contar con ellos. Al fin y al cabo, eso es por lo que les paga: su responsabilidad.

Un lugar de trabajo totalmente responsable requiere un liderazgo eficaz que inspire a las personas a asumir sus responsabilidades, acciones y resultados.

Al establecer y promover los elementos clave de liderazgo que se indican a continuación, las organizaciones pueden cultivar un entorno en el que prospere la responsabilidad, lo que se traducirá en un aumento de la productividad, la colaboración y el éxito en general.

¿Qué es un “lugar de trabajo responsable”?

Empecemos con la palabra responsabilidad.

En pocas palabras, rendir cuentas es hacer lo que dijiste que harías, como dijiste que lo harías y cuando dijiste que lo harías. Y punto. En otras palabras, tu palabra es tu compromiso. Cumples tu palabra, pase lo que pase.

La razón por la que la mayoría de los lugares de trabajo no logran superar la prueba de la responsabilidad es doble.

En primer lugar, los líderes de la empresa no dan ejemplo de responsabilidad. Si no cumplen su palabra, ¿quién les va a llamar la atención? No se dan cuenta de que, tal y como va el equipo directivo, va toda la empresa.

En segundo lugar, los dirigentes de la empresa toleran la no rendición de cuentas. Como dijo el experto en gestión y autor Peter Drucker: “Todo lo que toleras, lo obtienes en mayor cantidad”.

Los líderes permiten que los empleados lleguen tarde a las reuniones o que los informes y proyectos se retrasen. Se “tragan” sus excusas o razones.

Recuerda: La diferencia entre una razón y una excusa es la ortografía.

Predicar con el ejemplo

El liderazgo mediante el ejemplo es la base de la responsabilidad.

Cuando los líderes demuestran constantemente responsabilidad en sus propias acciones y decisiones, marcan la pauta para toda la organización. Deben respetar las normas éticas, cumplir sus compromisos y asumir la responsabilidad de los errores.

Al dar ejemplo de responsabilidad y hacer que los demás la asuman, los líderes inspiran a sus equipos a hacer lo mismo y crean una cultura en la que se valoran la honestidad y la integridad.

Establecer expectativas claras

Para fomentar la responsabilidad, los líderes deben establecer expectativas claras para cada uno de los miembros de su equipo. Esto incluye definir las funciones, responsabilidades y objetivos de cada uno.

Cuando los empleados entienden lo que se espera de ellos, pueden responsabilizarse de su trabajo y de su rendimiento.

Los líderes deben comunicar estas expectativas de forma explícita, garantizando la claridad y disponer de un proceso para eliminar las sorpresas de no rendición de cuentas.

¿Cómo hacerlo exactamente? He aquí 3 maneras.

1. Garantizar la claridad y el seguimiento de los objetivos delegados

Haz un seguimiento de todo el trabajo que delegues y asegúrate de que todo el trabajo delegado tenga fechas de entrega acordadas.

En primer lugar, asegúrate de que todo el trabajo que delegas se introduce en un sistema de seguimiento fácil de utilizar. Cuando los empleados saben que haces un seguimiento de lo que delegas, las probabilidades de que se haga a tiempo y según lo acordado aumentan exponencialmente. Esto te quita la presión de encima porque no es necesario recordar lo que has delegado. Está en tu sistema de seguimiento.

Albert Einstein dijo que creía que la mente era el lugar más pobre para intentar recordar algo. Dijo que utilizaras tus herramientas. Si tus empleados hacen lo mismo, habrás eliminado dos de las excusas más utilizadas para justificar el incumplimiento: “Se me olvidó” y “No sabía cuándo querías que lo hiciera”.

Existen innumerables aplicaciones y programas para realizar un seguimiento.

Entonces, ¿qué estás rastreando?

Solo tres cosas:

  1. En quién se delegó el trabajo.
  2. Qué se acordó hacer.
  3. Cuándo debe completarse.

Sin una fecha y un plazo de ejecución acordados, es difícil establecer prioridades y hacer un seguimiento del trabajo. También es difícil medir el éxito o el fracaso.

También te recomiendo que programes una reunión rápida, semanal, de cinco minutos, en persona o virtual, para hacer un seguimiento del trabajo delegado.

Ordena tu software o aplicación de seguimiento por la persona en la que se delega y, a continuación, ordena el trabajo delegado por fecha de vencimiento. El trabajo puede ser (A O B D) A (Adelantado) u O (Dentro de plazo). B (Atrasado) o D (Terminado).

No discutas nada del trabajo excepto lo que es B (Atrasado). ¿Cuál es el plan para pasar al estado A, O o D? Es una reunión breve para mantenerte al día y trabajar en la programación de la finalización puntual. No se olvida nada.

2. Lograr una claridad total a la hora de delegar

Así se evita de forma proactiva otra excusa que se utiliza a menudo para justificar el incumplimiento: “No estaba seguro de lo que querías que hiciera”. Las estadísticas demuestran que los seres humanos sólo oímos el 50% de lo que se nos dice. Cuando delegues trabajo en alguien, pídele que repita o parafrasee lo que cree haber oído o leído.

Los pilotos de avión lo hacen habitualmente. Cuando el controlador aéreo da a un piloto una altitud y un rumbo, la FAA exige que repita al controlador la altitud y el rumbo exactos que ha oído.

De este modo, se transmite una comprensión completa y precisa. En esa situación, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

En tu caso, puede que no sea tan grave, pero hacer que alguien repita o parafrasee lo que cree haber oído que le pedías que hiciera ayuda a preparar a la gente para el éxito.

3. Eliminar las sorpresas de incumplimiento

Una sorpresa de incumplimiento se produce cuando una persona se compromete a algo, no lo hace y tú no lo sabías de antemano. Conviértela en una “Regla de No Sorpresa” dura y rápida.

Tom Watson Sr., el antiguo CEO de IBM, tenía esta regla en la organización. En el momento en que sepas que puedes faltar a un compromiso, debes hablar con la persona con la que te comprometiste. En este caso, eso significa nada de correos electrónicos, mensajes de texto o mensajes telefónicos sobre lo que está sucediendo.

Además de hacer saber a la persona que hay un problema, debes proporcionarle tres posibles soluciones para alcanzar el objetivo original. De este modo, la responsabilidad de resolver el problema recae en la persona que se comprometió.

Por último, si la persona no necesita permiso para actuar según sus sugerencias, no hay necesidad de ponerse en contacto con la persona a la que se comprometió. Basta con que actúen correctamente. Si fracasan, informen de la situación y aprendan de ella.

Crear un lugar de trabajo totalmente responsable requiere líderes que encarnen la responsabilidad, establezcan expectativas claras, promuevan la comunicación abierta, proporcionen recursos y apoyo, y fomenten una cultura de aprendizaje.

Al adoptar estos tres elementos esenciales del liderazgo, las organizaciones pueden cultivar una cultura de responsabilidad e impulsar su éxito en el competitivo entorno empresarial actual.

Este artículo se publicó primero en Vistage US, puedes leer la versión original en inglés aquí.