En nuestra cultura, los CEOs son a menudo venerados como súper seres humanos que se han elevado a la cima de la cadena en virtud de sus habilidades, cualidades de liderazgo e inteligencia.
Pero los CEO pueden pagar un alto precio por su estatus, poder y remuneración. Llevan un peso enorme sobre sus hombros. La presión es interminable y las apuestas que deben hacer siempre son altas. Cada CEO conoce la sensación de estar despierto a las 4 a.m., sudando por un problema o por una decisión crítica.
«Solo en la cima» no es un cliché o un sentimiento, es una situación real. Muchos CEO viven en una burbuja de aislamiento. Pueden estar rodeados de personas (personal de alto nivel, amigos, asesores remunerados, cónyuges), pero estas personas no siempre son los mejores asesores porque de algún modo están relacionados directamente con el CEO y tienen intereses propios que proteger (por ejemplo, seguridad laboral, mantener feliz al jefe, etc.).
Entendiendo la experiencia del CEO
En mi trabajo como Chair en Vistage, he escuchado innumerables historias de lo aislado que te puedes sentir en la cima. La semana pasada, me reuní con un CEO que me dijo: “Trabajo más de 60 horas a la semana. No tengo amigos, pasatiempos y nadie con quien hablar que entienda por lo que paso».
Se requiere una gran capacidad y confianza para dirigir una empresa exitosa. Sin embargo, a pesar de su estatus, los CEO son seres humanos. Tienen dudas, miedos e inseguridades. Tienen lagunas en su experiencia y conocimiento. Tienen sesgos y puntos ciegos. En resumen, son falibles.
En el panorama empresarial cada vez más complejo, los CEO ahora más que nunca necesitan feedback imparcial y directo, perspectivas y consejos sobre sus decisiones críticas. Es por eso que los grupos de asesoramiento entre iguales aportan valor. Los CEO son los que están mejor capacitados para comprender por lo que están pasando sus colegas CEO. Y en un entorno neutral, donde el único objetivo es ayudarse mutuamente, pueden ofrecerse perspectivas, ideas y consejos que no pueden obtener en ningún otro contexto. Este hecho puede marcar una gran diferencia en sus decisiones y resultados.
El asesoramiento entre iguales
Uno de mis miembros de Vistage (llamémosle Roberto) es CEO de una exitosa empresa de ecommerce. Un familiar de su esposa (lo llamaré Juan) empezó la empresa hace más de una década. Roberto fue el visionario que dio forma a los productos y al mercado de la compañía. Juan se convirtió en el vicepresidente de operaciones y fue el confidente y el apoyo moral de Roberto durante los años de escasez.
El papel de Juan como vicepresidente de operaciones estaba mal definido. Hizo un poco de todo. La compañía ya había superado sus talentos y habilidades. Le pagaron demasiado y tenía una participación en el capital que era desproporcionado respecto a su contribución. La verdadera razón por la que todavía estaba cerca era por los lazos familiares.
Roberto se obsesionó con el «problema de Juan» durante años. Se sentía en conflicto, culpable y resentido. Lo llevó todo adentro. No podía hablar con nadie en su empresa, todos a Juan. Incluso no quería hablar con su esposa porque ella podría presionarlo para que no hiciera nada, al ser un tema familiar.
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Después de años de sufrir en silencio, Roberto trajo el problema a su grupo de CEO en Vistage. El grupo ayudó a Roberto a ver que el problema de Juan no solo le estaba haciendo mella a él … también a la empresa y su relación con su esposa. El grupo ayudó a Roberto a reflexionar sobre su problema y a elaborar un plan estructurado para solucionar la relación con Juan. También le capacitaron sobre cómo comunicarse con honestidad con Juan y con su esposa de una manera que, con suerte, preservaría sus buenas relaciones. El grupo responsabilizó a Roberto y le hizo prometer que hablaría con su esposa y Juan en una semana. Para resumir, Roberto y Juan llegaron a un acuerdo y minimizaron las consecuencias familiares.
La decisión correcta
Un año después, la empresa está prosperando, Roberto tiene un equipo ejecutivo más fuerte y Juan, después de tomarse un año libre para viajar con su esposa, está trabajando para una nueva empresa donde su talento y experiencia son una buena combinación. Roberto le dijo recientemente al grupo Vistage que separar a Juan del negocio fue una de las decisiones más difíciles que había enfrentado. “Sin vosotros retándome y apoyándome a la vez, quién sabe cuánto tiempo más me hubiera obsesionado y postergado el tema. De hecho, no habría tenido un resultado tan bueno si hubiera consultado a mi abogado. Y nadie podría haberme ayudado con la familia como vosotros. No ha sido fácil, pero la situación se está asentando. El próximo mes, mi esposa y yo estaremos con Juan y su familia en un viaje familiar de cuatro días «.
Sí, puedes estar solo en la cima, pero no tendría porque ser así.
Este artículo se publicó primero en Vistage US, puedes leer la versión original en inglés aquí.