Gestión del talento

Los CEOs tratan con personas críticas todo el tiempo y, a veces, es él mismo  el que tiene una mentalidad crítica. Todos tenemos nuestros momentos. Regularmente trabajo con líderes que se encuentran en conflicto con otros líderes o con sus equipos. Cuando este conflicto viene propiciado porque una de las partes tiene una mentalidad que busca el juicio, rara vez las partes se benefician de ello.

Recientemente trabajé con un fundador / CEO, que está muy ausente,  y se enfureció cuando se enteró de que su equipo no lo había consultado antes de empezar la búsqueda para reemplazar a un empleado clave que renunció. Su equipo se hace cargo de la empresa en el día a día y tomó medidas razonables para abordar un problema que, por cierto, es exactamente lo que cabría esperar de tu equipo, ¿verdad?. Pues él se tomó la falta de consulta como una falta de respeto. Su propio juicio se interpuso en la situación generando conflicto.

El conflicto en sí no es malo. Es la forma en que lidiamos con él o cómo lo medimos, lo que finalmente construirá o socavará la unidad y cultura de nuestro equipo.

¿Qué significa ser una persona crítica?

Aquí tienes algunas señales de que has cruzado la línea hacia un juicio poco saludable:

  • Estás comprometido emocionalmente de manera negativa: piensas desde la ira, el disgusto o la frustración extrema
  • Estás empleando términos absolutos, como «siempre» y «nunca» al describir a la otra persona
  • Estás sacando conclusiones sobre el carácter de otra persona; es vago, deshonesto o ladrón

Existe un concepto bien estudiado llamado sesgo fundamental de atribución. Este concepto dice que la gente tiende a culpar de las deficiencias de los demás a algún defecto de carácter. Es decir, cuando se trata de los otros, tendemos a creer que su comportamiento es producto de su pereza, deshonestidad o defecto intrínseco.

Sin embargo, cuando evaluamos nuestra propia falta de desempeño, no se debe a un defecto de carácter, sino a circunstancias externas abrumadoras. No es culpa nuestra; cualquier otra persona habría hecho lo mismo dadas las circunstancias.

Juzgar a los demás rara vez es útil. La gente hace lo que hace por una buena razón, pero recuerda, es por sus razones, no por las tuyas. Nosotros, como seres humanos, no estamos en posición de juzgar o condenar a los demás. Seguimos abordando situaciones y comportamientos, pero podemos hacerlo sin juzgar.

Cómo superar los juicios dañinos y tener una conversación productiva

El juicio malsano no ayudará en ninguna situación. Solo servirá para hacerte daño a ti mismo y a tu equipo. Te animo a que tengas una conversación con la otra persona utilizando estos tres principios fundamentales:

1. Respeto mutuo

Suspende todo juicio sobre motivos. De entrada, considera a las personas como inteligentes, capaces y motivadas, y tráteles en consecuencia. Dale a las personas lo que más desean en la vida: dignidad, autoestima y respeto. Cuando tratas a las personas con respeto, no pueden evitar devolverte el mismo respeto mutuo.

2. Propósito compartido

¿Qué queremos lograr juntos que no podamos hacer solos? Los seres humanos somos animales de manada. Nos necesitamos desesperadamente el uno al otro para sobrevivir y prosperar. Cuando co-creamos soluciones con otra persona, creamos un vínculo que se basa en la aceptación y la pertenencia , de manera natural. En lugar de velar solo por nuestros propios intereses, nos permite concentrarnos en nuestro futuro juntos, que casi siempre es más grande y mejor que cualquier cosa que pudieras hacer por tu cuenta, solo.

3. Diálogo significativo

Ten una conversaciones bidireccionales con el intercambio abierto de conocimientos y perspectivas. Don Harkey, un ex socio mío, solía decir, «la comunicación es la cura para la imperfección». Quítate la presión a ti y a los demás. No tienes que tener razón; solo necesitas mantener la conversación. Haz preguntas y enfoca la conversación desde la curiosidad. Si estás comprometido con el respeto mutuo y hablas honestamente sobre tu propósito compartido, encontrarás soluciones y acuerdo.

Este enfoque llegará más rápidamente al meollo del asunto y determinará si tú y la otra persona tenéis problemas reales y sustanciales. La mayoría de las veces, te darás cuanta de que no. Estos tipos de conversaciones son las que generan confianza y aportan claridad a todos, en el equipo.

Para instaurar una cultura empresarial de resolución de conflictos, aplica estos tres principios en lugar de hacer juicios personales cargados de emociones.

Anima a tus directivos a practicar un liderazgo sin prejuicios

El juicio dañino puede infiltrarse y convertirse en parte de tu cultura empresarial. Como CEO, de hecho, debes dar el ejemplo, ya que tu actitud y valores se replicarán en toda la organización.

Las culturas de juicio son culturas de culpa. Si la primera pregunta que sale de la boca de un CEO es algo como «quién hizo esto» o «quién tiene la culpa», probablemente tengas una cultura de la culpa. Al culpar a alguien, quitas el foco de la verdadera resolución de problemas. Centrarte en el fracaso percibido de una persona rara vez contribuye a abordar el problema real. Las culturas saludables se enfocan en la resolución proactiva de problemas, no en buscar culpables y juzgarles.

La mayoría de la gente ya sabe si «ha dejado caer la pelota». Enseña a tus directivos a hacer las grandes preguntas de coaching orientadas al crecimiento en lugar de asignar fallos y hacer juicios. Preguntas como «¿Qué harías diferente la próxima vez?» o «¿Qué sería tener éxito en esta área, en el futuro?» Apelar a las mentes de los empleados e involucrarles, ayudará a crear un futuro mejor tanto para los empleados como para la empresa.

Más allá de la oficina: cómo tener conversaciones sin prejuicios con la pareja

¡Tocado! Esa tensión que hay en casa probablemente también se deba a la mentalidad poco saludable del juicio. Debido a que nuestra guardia baja cuando estamos en casa, es muy fácil caer en una mentalidad de juicio negativo. Si un enfoque crítico no aporta en el trabajo … las repercusiones negativas de esta misma actitud en el hogar, se multiplican! Y sí, dado que su pareja es un ser humano también, los mismos conceptos expuestos anteriormente aplicarán en casa. Tener paz tanto en el trabajo como en el hogar es algo sensacional.

Renuncia a comportamientos nocivos

No permitas que el impacto negativo de un juicio nocivo socave sutilmente tu salud o tu tranquilidad. Las relaciones sólidas, seguras y de alta confianza son la columna vertebral de cualquier cultura saludable y de alto rendimiento. Dirígete a ti mismo y a los demás reemplazando los juicios por  con una conversaciones sanas basadas en el respeto mutuo, el propósito compartido y el diálogo significativo.

Sobre el autor

Randy Mayes es CEO de DRYVE Leadership Group y ha trabajado en el desarrollo organizacional y de personas a tiempo completo desde 2005, ayudando a las empresas a crear, construir y mantener organizaciones saludables y de alto rendimiento para lograr mejores resultados.

Este artículo se publicó primero en Vistage US, puedes leer la versión original en inglés aquí.